Envidia...

Publicado en por La cacatúa carmesí

La envidia es un sentimiento oscuro. Al decir oscuro, me refiero a que es algo negativo, que lastima en algunos casos. Todos somos conscientes de que en el mundo existen miles de personas que son envidiosas. Pero por qué ir tan lejos, cuando muchas veces, en el mismo barrio, en el mismo liceo e incluso en la misma familia hay personas que envidian lo que uno tiene. No sólo se puede envidiar algo material, como un auto, una casa o ropa. Sino que también, hay gente que envidia la personalidad de alguien. Yo considero que hay dos tipos de envidia: el primero es el más "sano" y es aquella persona que envidia algo a alguien, pero que toma como propósito el conseguir eso, algo así como que se pone nuevas metas para superarse. Este tipo, sería considerado envidia sana, porque no habría una especie de "odio" por llamarlo de alguna manera hacia la persona que posee eso que envidiamos.
El otro tipo de envidia, sería cuando la persona envidia en un mal modo a otra persona. En este tipo, se incluiría esa especie de "odio". Es algo difícil de explicar, pero para que resulte un poquito más sencillo a continuación, les contaré una historia personal que ha llegado a mi en forma de carta, sobre el tipo de envidia que incluye odio y mucho más.


"Lo que a veces resulta gracioso, es que un miembro de tu propia familia pueda ser tan envidioso, y con mala fe como para desearte cosas malas. Pero en algunos casos, esa envidia tiene un por qué, lo que no justifica que lo que hace esté bien. Mi hermano llegó un día a mi casa y nos presentó a su novia, al principio las cosas fueron bastante difíciles, realmente diíciles. Pero con el tiempo, todo se tornó tranquilo. Siempre hubo una especie de cortocircuito entre ella y yo. Mi carácter es muy frontal por lo que cuando ella me agredía, yo le respondía, aunque sin agredirla con lo que llamamos diplomacia. Con el tiempo, la cosa pasó a mayores, las peleas, por llamarlas de algún modo, se fueron incrementando y haciendo más intensas. Pero vale la pena aclarar, que eran comenzadas por ella. Debido a que siempre tenía algo que criticarme, o se burlaba de mí, insinuando que estaba gorda, etc. A pesar de que yo aparentaba ser fuerte frente a ella, muchas veces me largué a llorar, por no aguantar más sus desplantes y malos tratos. Más de una vez me faltó el respeto, me habló mal y otras tantas me ignoró. Nunca supe exactamente por qué ella era así conmigo, si yo nunca le había dado ningún motivo para ello. Pero a partir de que ingresé en el liceo, fue cuando los roces entre nosotras se incrementaron. Antes, tanto ella como mi hermano, me felicitaban cuando me sacaba una nota alta en el colegio, y mi cuñada, se enorgullecía de su propia hermana, que según ella, era como yo y sacaba buenísimas notas. La cuestión, es que cuando ingresé al liceo, mis notas se mantuvieron igual de excelentes, sin embargo las de su hermana al parecer no. Y desde ese entonces, cuando les mostraba un 12 que me había sacado en algún trabajo, o las notas de mi carné, me trataban de come- libros, se burlaban de mí o insinuaban cosas, tales como que si yo pasaba con la máxima nota era porque mi madre pertenecía a la comisión de padres (aunque mi madre nunca perteneció a dicha comisión).
Imagínense como me debí sentir, horrible. Ya ni deseaba compartir con ellos mis triunfos en el liceo, ya que todo lo que yo hacía les parecía mal. Ahora promovían el no estudiar, el escaparse del liceo. Pero lo que más me dolió, no fue sólo que esto viniera de su parte, sino de mi hermano. Él siempre fue mi ídolo, la figura paterna que nunca tuve. Lo consideraba el hombre más bueno (aún sigo pensando lo mismo) y puro que existía en el mundo. Me dolió en el alma notar el cambio en su persona desde que se puso en pareja con esa chica. Sin embargo, yo nunca les dije nada, me conformaba con llorar cuando nadie me veía. Hasta que mi madre un día habló con ellos, y la cosa pareció cesar. Pero sólo pareció. Porque de parte de mi cuñada siguieron las agresiones, y cada vez eran más personales. Todos me decían que ella era así, porque quería que su hermana fuera como yo. ¿Pero saben que? Yo no tenía la culpa de nada. Ahora los maltratos se extendían al punto de ni siquiera preguntar por mí, de hablar con los demás y a mi ni siquiera dirigirme la palabra. Me arruinó el cumpleaños de mi hermana, en donde me agredió hasta cansarse, incluso todos los presentes al final me dijeron que habían notado cuánto odio sentía ella por mi. Luego arruinó mi Navidad, ignorándome a mi y a mi familia. Estábamos en mi propia casa, sin embargo era como si sobráramos allí. Fue la peor Navidad de todas, porque no la pasamos bien. Y junto con mi madre, mi hermana y yo, nos quedamos en la cocina, sin salir a donde estaban los demás, porque preferímos estar allí que a que nos maltrataran. Mi hermano lo notó, pero no hizo nada. De nuestas bocas nunca salió ua palabra ofensiva hacia su esposa, porque la respetábamos, cosa que ella nunca hizo con nosotros.
Cada vez estoy más segura de que me odia, y posiblemente, tal y como me han dicho también me envidie. Quizá envidie la familia que tengo, no lo sé. Pero lo que sí se, es que esa persona con sus actitudes lo único que hace es lastimar a las personas. Hemos notado que es una persona interesada, que como se dice en un lenguaje común: va para donde sopla el viento. A mí me utiliza, ya que cuando me necesita para que le haga algun favor, me habla. Miles de veces me ha pedido que le ayude en trabajos para su hermana. Y yo muy estúpida como soy lo he hecho. ¿Pero saben qué? Yo nunca le dije lo que realmente pienso de ella, por no querer dañar a mi hermano, porque lo adoro. Pero estoy comprendiendo que las personas son muy falsas, y dañan sin importarles el daño que causan. Y yo me callo todo lo que siento, toda la bronca que guardo en mi corazón por cada desplante, por cada maltrato. Y miles de veces he deseado tener la oportunidad de mandarla a cagar, decirle que es una estúpida. Pero no lo he hecho, porque yo no la odio. No. Al contrario, siento lástima por ella. Porque una persona que hace lo que hace a la familia que la recibió cuando nadie lo hizo, una persona que gasta su tiempo metiendo cizaña entre los miembros de la familia, una persona que se cree lo suficientemente capaz de criticar cuando es la menos indicada para hacerlo, esa persona no hace más que dar lástima. Porque no es capaz de ver todo lo que tiene a su alrededor. Me da lástima, porque al parecer no puede ser feliz si no es perjudicando a los demás. Esa persona debe aprender que las cosas que uno hace siempre le vuelven. Tarde o temprano uno paga por lo que hace. Quizás no hoy, tampoco mañana, pero siempre a la larga te llega. Y si esa persona está leyendo esto, va a saber perfectamente quien soy, y a quien va dirigida esta carta. Y quiero decirle que me encantaría saber por qué es así conmigo, si yo nunca le hice nada malo, si yo nunca le falté el respeto. Por qué me agrede y me destrata, por qué si yo ni siquiera cuando estuve más enojada la insulté. Pero lo que le puedo decir, es que si existe un motivo por el que todavía la respeto, no es sino porque es la mujer de mi hermano, y eso es algo contra lo que no puedo ir en contra. Sólo me resta esperar a que las cosas cambien, o simplemente resignarme, ya que muchas veces esperé un cambio por su parte y nunca llegó. Y como me dijo mi madre una vez, nuestro error es esperar a que cambien las personas. Yo tego mi conciencia tranquila, y estoy abierta si algún día ella decide hablar conmigo, ya que tengo mucho que decirle. Y me arrepiento por no haberla mandado a cagar cuando realmente lo sentí, porque nadie me quita toda la bronca que guardo en mi corazón. Y acumular ira no es bueno. Esta es una manera de liberar un poquito de todo lo que siento. Y lo último dirigido hacia esa persona: yo a ti no te odio, porque el odio es un sentimiento, y yo por ti no siento nada. Que te quede claro."



Bueno, espero que esta carta les haya mostrado lo que siente uno cuando esa persona que lo envidia, lo maltrata y uno no sabe por qué. Aquí ven reflejado lo que siente esta chica cuando su cuñada le falta el respeto. En esta carta, hay mucho más que envidia por parte de la cuñada, hay odio, y ese odio está lastimando a esa chica y a su familia. Por eso, lo que les puedo decir, es que si a ustedes les pasa algo similar, no permitan que se llegue a este punto, si tienen algo que decir, díganlo en el momento justo, sin importar lo que los otros puedan decir. Porque si hay algo que aprendí, es que a nadie le importa si te lastima o no, cuando te dice algo. No permitas que tu corazón se llene de odio, no es bueno. Es mejor decirlo en el momento lo que moleste, y no explotar a la larga quizá por algo que no sea tan importante.

Etiquetado en Para pensar...

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S
<br /> La envidia es lo peor, pero que alguien abosrva a tu propio hermano para ponerlo en contra tuya no tiene perdon de dios<br /> <br /> <br />
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A
<br /> La gente envidiosa desea secretamente desbaratar los planes de triunfo de otra y aunque ésta no perjudica a nadie, quieren derrotarla y verla alguna vez vencida, porque no soportan sufrir la<br /> impotencia, desánimo y complejo de inferioridad que ésta les provoca. Hacen uso de toda artimaña, chisme o rumor que no afirman pero insinúan para mitigar su propia frustración. Empañan la<br /> reputación ajena para disminuir el contraste con la propia.<br /> <br /> Bien sabe el envidioso que para que un rumor se disemine como reguera de pólvora es necesario inyectar la ponzoña con tres ingredientes básicos:<br /> 1._Tiene que provocar daño.<br /> <br /> 2._Tiene que tratarse de algo que tenga importancia para la mayoría para que perdure en la mente de la gente y se extienda aunque no exista una mínima prueba que lo respalde.<br /> <br /> 3._Tiene que ser ambiguo, por la ausencia de detalles precisos o por los datos que a veces resultan incoherentes. Una vez que el rumor esta en circulación, conforma a todos los que no pueden salir<br /> de la mediocridad, justificando en algo su inoperancia.<br /> <br /> Lo mejor para hacer frente a la envidia es no vivir pendientes de lo que no tenemos. Practiquemos la contemplación en su sentido más profundo, el deleite por lo que se tiene, el redescubrimiento<br /> gozoso de lo que nos rodea: las personas que queremos, la fauna y la flora, los paisajes, los pequeños objetos entrañables o los que nos hacen más cómoda la vida. También podemos convencernos de<br /> que, normalmente, nada perdemos cuando a otros les van magníficamente las cosas. O darnos cuenta de que compararse con los demás casi siempre resulta estéril. Nuestro mejor punto de referencia<br /> somos nosotros mismos. Establezcamos metas en función de nuestras posibilidades, no de lo que otros han conseguido. Podemos considerar que hemos superado la envidia cuando nos alegramos del éxito o<br /> la buena suerte de los demás.<br /> <br /> <br />
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L
<br /> <br /> Muchas gracias por tu comentario, es verdad todo lo que dices, ojalá la persona para la que escribí el artículo esté enterada de todo esto que acabas de decir. Saludos y gracias por visitar el<br /> blog. <br /> <br /> <br /> <br />