"Rayo de Luna..."

Publicado en por La cacatúa carmesí

Hace poco, en clase de Literatura, estábamos leyendo una leyenda escrita por Bécquer que se llamaba Rayo de Luna. El motivo por el cual, hoy decidí escribir acerca de esto, es porque la conclusión a la que llegamos al final de la clase, me pareció tan realista y tan profunda, que creo que vale la pena que la comparta con ustedes. Espero que les guste.

La historia, brevemente, trata sobre un hombre, Manrique que es un poeta, soñador que iba en contra del protocolo de su época. Él amaba a las mujeres, pero consideraba que no había nacido para amar, y que nunca conocería lo que es el amor. Así pasaba sus horas, imaginando mundos, seres extraños, y era feliz a su modo. Pero un día, vio algo blanco, que creyó ser el vestido de una hermosísima mujer, de la cual se enamoró por completo. A pesar de no haberla visto nunca, sentía conocerla como a nadie. La buscó por todos lados, ya que por fin se había enamorado y había encontrado a la mujer adecuada para él. Pasó días buscandola, pero por más que lo intentó, no encontró lo que tanto anhelaba.
Pasó un tiempo, y tuvo la oportunidad de ver nuevamente el vestido blanco, que sólo podía significar una cosa. Sí, era su amada. Esta vez no se escaparía. La persiguió, hasta llegar a unos arbustos, y su desilusión fue grande. Vio que su tan amada y hermosa mujer, era tan sólo un rayo de luna. A partir de eso, Manrique abandonó todo lo que antes gustaba de hacer. Estaba como deprimido, triste. La gente pensaba que estaba loco. Pero él dijo algo muy certero acerca del amor, que estoy segura que un loco no hubiera podido pensar de un modo tan especial como él lo hizo. Él dijo que el amor no existía, que era una mentira, que todo era un rayo de luna.

La conclusión que sacamos en clase, fue que todos en nuestras vidas necesitamos un motivo por el cual vivir, algo que nos impulse a seguir adelante. Un amor que nos llene el corazón, que nos amen y poder amar. Porque de eso se trata la vida, de amar y sentir lo que es que te amen sinceramente, ya sea una pareja, un amigo o la familia. No se trata de cuánto dinero tengas, ni de todo lo que puedas comprar con él... se trata de no sentirse vacío... de vivir la vida acompañado, porque es un largo camino, que a veces tiene piedras... y tropezamos, pero es mucho más fácil levantarnos si tenemos una mano en la que apoyarnos.
Pero otra cosa destacable del libro, es que el mensaje que deja el autor en el texto, es que nosotros nos pasamos la vida soñando. Creamos un mundo perfecto, donde todo es genial. Somos capaces de imaginar un hombre o una mujer perfecta, tal y como nos gustaría que fuera. Y eso es lo que muchas veces buscamos en las personas, un rastro de esa persona que estuvimos imaginando... pero no existe. Nadie es exactamente como queremos que sea, todos tenemos defectos. Y sufrimos cuando no encontramos a esa persona que encajaría con nosotros. ¿Pero no sería más fácil abrir nuestros corazones y dejarnos llevar por nuestros sentimientos? ¡Qué importa si esa persona es diferente de mí! ¡ Qué importa, si yo también tengo mis propios defectos! ¡Qué importa si total, yo lo amo de todas formas!
Pero no. Las personas somos complicadas. Las chicas crecemos pensando en que algún día vamos a encontrar a ese Príncipe Azul, que nos va a despertar de ese hechizo y llevar a su hermoso castillo... ¿y qué si ese príncipe nunca llega? ¿Y qué si en vez de ese Príncipe, llega un muchacho común y corriente que no podrá ofrecerte un castillo, pero sí todo su amor?

Si hay algo que las personas tenemos que aprender, es que la vida no hay que vivirla pensando, hay que vivirla como uno siente que debe hacerlo; lo que no significa hacer las cosas a la ligera, sólo que a veces hay que escuchar lo que dice el corazón. Y debemos aceptar lo que el destino nos tiene preparado, aunque algunos dicen que el destino lo hace uno mismo.


Etiquetado en Para pensar...

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C
<br /> Mi nombre es justamente por ese relato de Becquer<br /> <br /> <br />
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