Tomar la vida con calma
Este artículo va destinado a todas aquellas personas que viven la vida corriendo de un lado para otro, siempre a las apuradas, sin tomar respiro y dejando inconscientemente las cosas que en verdad son importantes de lado.
Si hay algo que aprendí últimamente es que hay que tomarse la vida con calma, porque a fin de cuentas vida hay una sola, y por pasar a las corridas podemos perdernos esas pequeñas cosas en las que se encuentra la verdadera felicidad.
No sirve de nada vivir preocupado por las tareas que debemos hacer o por los problemas que nos aquejan... no, en absoluto. Porque lo único que logramos, es llenar nuestras cabezas de más problemas y de más tareas por hacer. Entonces al final quedamos agotados mentalmente, y ahí es cuando aparecen los achaques, el estrés, las enfermedades...
Es verdad que hay gente que vive la vida con demasiada calma, a tal punto que puede resultar exasperante. Pero sin embargo uno los ve y sus vidas parecen, aunque estén llenas de problemas como las de todos, que son más llevaderas. Contrariamente están aquellos que están siempre apurados u ocupados, que dedican demasiado tiempo al trabajo,estudio y responsabilidades y dejan de lado su persona, su familia y amigos. Uno mira sus vidas y piensa: es raro que aún no haya colapsado de tanta presión que tiene sobre sus hombros.
Y es que la verdad es esa, tan simple y evidente a nuestros ojos. La vida de por sí incluye problemas. No existe nadie en el mundo que escape a ellos. Pero la clave radica no en cuántos problemas tenemos, sino en cómo los encaramos. Y les digo que si no aprenden a controlarlos ellos terminarán por controlarlos a ustedes.
Además, tarde o temprano el cuerpo termina pasándoles la factura de todas las veces que se hicieron mala sangre por cosas que no valían la pena.